Toda mujer, a partir de su menarca (primera menstruación), debe concurrir a controles ginecológicos anuales. Con mayor razón, a partir de la iniciación sexual. Los controles ginecológicos anuales, buscan prevenir y detectar tempranamente enfermedades de transmisión sexual y oncológicas.

La prevención de enfermedades de transmisión sexual o su detección y tratamiento precoz, evita mayores complicaciones de salud y es relevante a los fines de la preservación de la fertilidad.

Enfermedades de transmisión sexual como la clamidida, producen, con el tiempo y, si no son detectadas y tratadas tempranamente, infertilidad por obstrucción de las trompas de Falopio. La infección con HPV (virus del papiloma humano), predispone la aparición del cáncer de cuello de útero. Por estas razones, la consulta ginecológica anual es importante para la preservación de la fertilidad femenina.